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Están todos, pero ¿no falta nadie?

Alguno se imaginaba a Neymar en Tallin, jugando con el Real Madrid el primer título de la temporada, héroe y protagonista de un verano más. Pero no, al aficionado blanco se le regatean las caras nuevas y los fichajes de shock y, salvo cambio de rumbo, el equipo jugará la Supercopa europea con el prêt-à-porter de pasadas temporadas. En tiempos de puertas giratorias, de catarata de fichajes, a este paso el hincha madridista recitará de carrerilla la alineación, como en los cromos del pasado: Keylor, Carvajal, Varane, Ramos, Marcelo, Casemiro, Kroos...

El primer partido ya lo ha ganado Lopetegui. Pese al verano mundialista, en el que el Madrid tuvo a quince jugadores en el pistoletazo de salida del 14 de junio en Moscú, el técnico vasco contará con todo su equipo al completo la próxima semana. Sabe que lo que aguarda el 15 de agosto no es una empresa menor: el Atlético de Madrid de Simeone, un gen competitivo multiplicado por mil. En una nueva final. En un derbi que ya es el derbi de Europa.

Cuando era pequeño se decía que en el Madrid se ensalzaba al jugador de la cantera, al de casa, al que siente ese escudo como su propia piel. Pero en mi piel también sentí lo que era esperar las primeras fintas de Cunningham, el empuje de Stielike o las chilenas de Hugo. Quizá este Madrid no ilusione como uno con Mbappé en el póster, pero basta con que los tres primeros balones sean gol para olvidarse de culebrones veraniegos.