Los vértigos de Mireia Belmonte
Jessica Vall liderará al equipo español de natación en los Europeos de Glasgow en ausencia de Mireia Belmonte, a la espera de comprobar hasta dónde alcanzan los progresos de Hugo González. Jessica, una nadadora de eclosión tardía, ya se vio en esta misma tesitura en diciembre, en los Campeonatos de piscina corta, y se lució con un oro, un bronce y cuatro récords de España. Su rendimiento se multiplica en los grandes escenarios. Mireia causó baja en Copenhague y vuelve a hacerlo ahora en Glasgow, después de un paso por los Juegos Mediterráneos de Tarragona donde no compitió a un nivel elevado. Ya entonces se dieron a conocer unos vértigos o unos mareos, de origen no aclarado o no publicitado, que han provocado oficialmente este frenazo por consejo médico. Mireia Belmonte necesita parar.
Mireia ya sufrió una baja importante en los Mundiales de Kazán 2015 por una lesión en los hombros, de la que volvió fortalecida para triunfar en los Juegos Olímpicos de Río. Eso demuestra que puede resurgir de nuevo. A veces en la vida hay que dar un paso atrás para tomar carrerilla. Belmonte tiene 27 años y cumplirá 28 en noviembre. Si quiere llegar competitiva a Tokio 2020, no le viene mal dosificar y ahorrar esfuerzos que agradecerá en el futuro. Eso sí, para volver a ser la Mireia de siempre, tiene que quitarse esos vértigos, y para ello debe detectar dónde está el origen, si es sólo físico o si hay alguna carga emocional, que bien podría venir de la presión de su entorno o de la presión que se pone a sí misma. Es raro mirar a una piscina y no verla, pero quizá sea lo mejor si queremos recuperarla.