Simeone tiene motivos para estar contento, muchos, y también alguno para estar preocupado. Empecemos por lo más negativo. El Atlético falló muchas ocasiones de gol frente al PSG, clarísimas y en un partido ante un rival de tanta envergadura no puedes fallarlas. Vietto, Gameiro y Correa lo hicieron casi todo bien, menos hacer gol. Y al final lo acabas pagando. De cara a la temporada es bueno afinar la puntería, pues habrá encuentros y rivales ante los que el equipo no dispondrá de tantas ocasiones y habrá que marcarlas.
El aspecto positivo es que los chavales tienen hambre, coraje, ganas, además de fútbol. Simeone está encantado con ellos. Ver a Carro, Montero o Toni Moyá jugar de inicio con ese desparpajo ante el PSG le produce gran satisfacción al Cholo. Porque luego, cuando llegue la hora de la verdad, estarán preparados para cuando Simeone les necesite. En la media hora final jugaron todos los canteranos, menos Adán, aunque es verdad que el rival tampoco estaba ya con sus jugadores principales. Pero la reacción de los futbolistas del Atlético con el 2-0 fue increíble.
Una pena el gol postrero del PSG, que el rival celebró casi como si fuera un título. Tras felicitar a los chicos, seguro que Simeone les dijo una cosa: prohibido perder el balón en una zona de peligro, como sucedió en el 3-2. Prohibido hacerlo en el minuto uno o en el 90.