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Barça: el viaje de las chicas y los chicos

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La buena iniciativa del Barça al reunir en su vuelo transatlántico a los equipos masculino y femenino salió por la culata. Los chicos viajaron en ‘business’, las chicas bastante tuvieron con la clase turista, considerado el viaje en sí un honor para ellas. Hay quien me dice que los chicos son superprofesionales cuya actividad es el gran ingreso del club, que para su vida ajetreada necesitan comodidades, y no deja de ser verdad. Pero tampoco deja de ser verdad que se nos ve el plumero. En el año en que más se ha hablado de la igualdad, las chicas del Barça vuelan en peor condición que los chicos y nadie cayó en eso antes de ver las fotos.

El propio Barça sabe que lo hizo mal, y de hecho lo va a corregir para el futuro. Desde luego, como ha apuntado alguien, es peor lo del Madrid, que ni siquiera tiene equipo femenino, (ni de baloncesto, su otra sección, deporte que registra el mayor número de fichas femeninas en España). Pero es que, como prescribía la ‘Crotalogía o arte de tocar las castañuelas’, “no es preciso tocar las castañuelas, pero de hacerse, es preferible hacerlo bien”. Y ya que el Barça metió en un mismo vuelo a los chicos (y los directivos, entre ellos una mujer) en clase ‘business,’ por una cantidad insignificante hubiera podido ofrecer la misma comodidad a las chicas.

Es el detalle, y no es baladí. Y refleja que en este tiempo de tanto impulso hacia la igualdad hay espacios en los que fallamos. Claro que el Barça de chicas está lejos, en notoriedad y rentabilidad, del de chicos, pero eso no obsta para que a la hora de organizar este viaje ‘alguien’ hubiera caído en el detalle. Pero algo hemos ganado. Desde ahora no pasará. La imagen grosera de ‘ellos’ en sus butacones reclinables y ‘ellas’ en sus asientos comunes va a servir, por el efecto que esto ha producido, como un nuevo impulso al cambio de una mentalidad general. Nos va a recordar que a veces basta sólo con pensarlo dos veces para hacerlo bien.