LA PIZARRA TÁCTICA
Francia brilló a su manera
Fue una resolución lógica dentro de la ilógica. La estrella de Francia, en los dos sentidos de la palabra, pesó demasiado para una Croacia que asaltó la final sin moverse un ápice de su idea. Los de Deschamps golpearon desde la estrategia y sentenciaron al contraataque y su balance ofensivo se limitó a siete disparos y cuatro ocasiones de gol... Efectividad máxima. Tampoco los bleus demostraron la fiabilidad defensiva que les había promocionado durante todo el torneo. Superado Pavard, aturdidos Varane Lucas y Kanté, Croacia desparramó su talento ofensivo, bien afilado por el sector izquierdo. Rakitic estuvo imperial y su colaboración con Perisic desencajó a Francia por ese perfil del terreno de juego (12 pases entre los dos). La selección de Dalic tuvo la posesión con alturas bien definidas y los laterales abiertos. Modric se alejó de Brozovic y funcionó en un tercer escalón por delante también de Rakitic. Sólo Umtiti impugnó con rigor los continuos acercamientos croatas. El central del Barcelona salió vencedor en siete de sus nueve disputas. Francia empezó a ganar el partido, otra vez, a balón parado. Sin continuidad en las posesiones, con Lloris y Giroud como protagonistas de la combinación más repetida (13 pases del portero al delantero), tejió su victoria con dos acciones puntuales de Griezmann.
En ventaja, Francia tenía todas las posibilidades a su favor. Deschamps no tardó en relevar a Kanté por N'Zonzi para fortalecer la medular. El jugador del Chelsea estuvo desconocido (sólo un balón interceptado). Cualquier recuperación ofrecía a los bleus una opción de transición. Pogba resultó providencial en este aspecto del juego. La posición alta de Croacia, con los centrales situados muy cerca de la línea del centro del campo, se alineaba en este contexto. Mbappé martirizó a Vida y Strinic y Francia acertó pronto como lo hizo Deschamps en la construcción de un equipo sobrio que interrumpió el milagro de Croacia. No ha sido una selección atractiva, pero su calidad física, sentido colectivo y talento individual han coronado su Mundial. Francia brilló a su manera.
Era una de las situaciones previstas que podían hacer descarrilar a Croacia. Las recepciones interiores de Griezmann, por detrás o a los lados de Modric y Rakitic, sirvieron a Francia de desahogo en momentos de apuro. Actuando como mediapunta, se distanciaba de Brozovic para mostrarse en zonas limpias de posibles marcadores. La imagen inferior corresponde a la falta previa del gol en propia puerta de Mandzukic.