El muro de Deschamps
El desgaste. El heroico itinerario mundialista de Croacia tiene su última escala en Francia. Es la de Deschamps una selección guerrillera, que ha hecho fortuna de su sentido táctico y consistencia defensiva. Ha dejado su portería a cero en cuatro de sus seis partidos y sólo recibe ocho disparos en contra de media (su rival hoy sufre 12). Su vigencia física le ha espoleado. Un dato sobrevuela la final. Francia ha recorrido 608 kilómetros por los 723 de Croacia (90 minutos más sobre el terreno de juego).
Como bloque. El volumen de Kanté, Pogba y Matuidi acostumbra a imponerse en la medular. La solidez de Kanté (54 interceptaciones) apremia a los rivales a tener que escaparse de su zona de influencia. A Francia sólo le atacan 18 veces por encuentro a través del carril central. La madurez de Pogba también confiere una seguridad distintiva a los de Deschamps. Ante Bélgica cometió únicamente tres pérdidas. Ni él ni Kanté desentonan con balón: 94% de precisión en las entregas en la semifinal. La resistente Croacia, que cuenta 12 goles a favor, pretenderá poner en valor la trascendencia de Modric y Rakitic.
Flujo por las bandas. El entendimiento de los dos centrocampistas no cuajó en la primera fase del compromiso contra Inglaterra. Se intercambiaron 14 pases en toda la noche, cinco menos de su promedio. Modric y Rakitic hallaron la fórmula en los márgenes del campo. Abrieron el juego con 74 pases a Vrsaljko, Strinic (después Pivaric), Rebic y Perisic. Con alta probabilidad, la pose de Francia obligará a Croacia a repetir hoja de ruta. A Deschamps no le perturba por la solidez de Varane y Umtiti.
Control de su área. La firmeza de los dos centrales reafirma la envergadura gala. Seguros en los centros laterales, se reparten 14 recuperaciones entre ambos y contra Lukaku sólo perdieron dos duelos. El talante atacante de Croacia, con 15 envíos al área por choque, será otra prueba. A partir del celo defensivo de Varane y Umtiti, Francia se puede permitir plantarse en posición de espera y ceder el balón. Lo hizo frente a Bélgica: apenas intentó cinco acciones de presión y ostentó el 40% de la posesión. Con el pie Griezmann, como chico para todo, y el trueno de Mbappé puede salir a la contra.