Ganar en el fútbol es lo más difícil, sobre todo cuando uno no acostumbra a hacerlo. Por eso hay tan pocos ganadores del Mundial. Entrar en ese selecto club es muy complicado. No podrá hacerlo tampoco esta Bélgica brillante de Courtois, Hazard y Roberto Martínez. El técnico español lo intentó todo. Hizo variantes tácticas para atacar con tres defensas y defender con cuatro. Metió a Mertens para potenciar los centros laterales. Liberó a Hazard y De Bruyne en busca de igualar una jugada a balón parado en contra que al final le condenó. Pero Francia fue más.

En esa derrota dolorosa de toda una generación conviene detenerse en Hazard. Su respuesta a la adversidad en el segundo tiempo fue un ejemplo de grandeza. Lo intentó todo y estuvo muy por encima de la altura de su equipo. Ni aún así pudo sobrevivir el conjunto belga. Escuece tanto perder cuando uno cuenta con un futbolista así que enseguida entran dudas sobre si su mejor momento era este. Probablemente sí, pero tampoco le alcanzó a Bélgica. Por lo tanto, valoremos lo hecho por España estos últimos años. La Roja consiguió lo que Bélgica aún no: pertenecer a la burguesía del fútbol mundial.