Su vacío será difícil de cubrir

El madridismo esperaba que Cristiano dijera los motivos por los cuales se ha ido a la Juventus. El crack portugués ha preferido ser elegante y no ha querido abandonar el Madrid dejando conflictos abiertos. Se ha ido dando las gracias a toda la familia madridista, incluido Florentino Pérez, pese a que sus diferencias irreconciliables con el presidente blanco han sido las causantes de su marcha. Nunca llegó a haber buena sintonía ambos, quizá por ser un fichaje heredado de la etapa de Ramón Calderón o tal vez porque la figura de Cristiano eclipsaba todo lo que había a su alrededor. Da la sensación de que todo el mundo, excepto ellos dos, se daba cuenta de que con este divorció que se consumó ayer perdían las dos partes: el Madrid y Cristiano. Quizás una conversación entre presidente y jugador podría haber solucionado todo, pero no ha sido posible.

Cristiano se pudo haber ido dando las razones de su marcha, como anunció sobre el césped del Olímpico de Kiev: "En los próximos días daré una respuesta a los aficionados, que esos sí han estado siempre de mi lado". Pero prefirió tomar la postura más diplomática y mirar el futuro con la conciencia tranquila de un día poder mirar el pasado sin resquemor.
Cristiano se ha ido del Bernabéu y de la Liga española dejando un vacío difícil de cubrir, pero jamás se podrá ir del corazón de aquellos madridistas que le han idolatrado y que le seguirán más allá de los colores de su camiseta. Su figura ha crecido en España hasta convertirse en colosal. Su duelo con Messi jornada tras jornada fue de los mejores de la historia. Se va un profesional ejemplar y un futbolista que hasta el último día ha estado a la altura del mejor club del mundo, dándolo todo desde aquel 6 de julio en el que pisó el Bernabéu por primera vez ante 85.000 personas. Se ha ido el más grande.