Cristiano, eternamente obrigado
Se nos va. La pesadilla se consumó. La noticia que nunca quise escuchar ni leer. Me sucedió con Raúl en su día. Cinco años más tarde con Casillas. Y ahora con Cristiano. Mi Cristiano. Nuestro Cristiano. El señor de las cuatro Champions en cinco años. El señor de los cuatro Balones de Oro. El señor de las tres Botas de Oro. El hombre que casi llega a los 500 goles de blanco en sólo nueve años. El tipo insaciable que consiguió acabar con el Barça de Guardiola y el Barça del tiqui-taca. Que nadie olvide que la que estaba predestinada a ser la Era Messi, ha sido la Era Cristiano. Eso te lo agradeceremos eternamente todos los madridistas. Tu gol en el Camp Nou silenciando a la grada mientras firmabas la Liga de los Récords, tus dos goles a Neuer en el Allianz ante el Bayern, tu hat-trick salvador ante el Wolfsburgo, tu hat-trick a Courtois en el Calderón en un derbi, otro que le hiciste a Oblak en el último derbi jugado junto al Manzanares, tu doblete a la Juve (‘tu’ Juve desde ahora) en la final de Cardiff, tu penalti determinante en Milán ante la tropa del Cholo en la final de la Undécima, tu penalti letal precisamente a la Juventus en el minuto 93 del partido taquicárdico de los cuartos de Champions de esta temporada, tu chilena monumental en Turín, el gol más majestuoso de la era moderna de la Champions…
Pero nada de eso se repetirá. Te vas a Turín con tus recuerdos y con los de una afición que ha sufrido tu marcha como la de un hijo. Te sonará a reproche, pero creo que alguien debió decirte que lejos del Madrid hace mucho frío. Demasiado. Da igual que tus desencuentros personales te llevasen a esta traumática determinación. El Madrid es el Paraíso y alejarse de él nunca es buena apuesta. Pero te admiramos tanto que una parte de nosotros se hará bianconera. Salvo el día que nos encontremos en el camino. Ahí conocerás la fuerza sagrada de este club llamado Real Madrid. La historia vence por nosotros. Es nuestra bendita maldición. Ganamos por exigencia genética. No hay excusas. Con Cristiano o sin Cristiano, lucharemos por ganar la 14 en el Wanda Metropolitano. No te imaginas la de críos que están llorando tu marcha. Yo debo ser un niño. Me estoy sujetando las lágrimas. Lástima que no me hayas escuchado antes. La felicidad sólo se alcanza en el Bernabéu. El santuario del fútbol mundial. Ciao, amigo. Hasta siempre, máquina. Siempre serás nuestro THE BEST. Obrigado por todo, crack.
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