Vuela Bélgica en este Mundial como el aspirante a todo que ahora sí es. Hasta Brasil sucumbió ante la agilidad y talento de un equipo genialmente diseñado por Roberto Martínez. Su lectura inicial del partido adquirió una influencia categórica en el resultado. El técnico español sorprendió al variar el dibujo. 4-3-3, con De Bruyne de falso nueve y Lukaku partiendo desde la banda derecha. Conocedor del deficitario balance de Marcelo, situó ahí al delantero para extenderse por ese lado y sacar de sitio a Miranda. El recurso de tirar al delantero a la banda ya lo utilizó en su etapa en el Everton. Lukaku, Hazard y De Bruyne quedaban descolgados por orden de Martínez con la única intención de desencuadernar a Brasil en las transiciones.