Griezmann está para todo

Apareció el mejor Griezmann para diluir el poder defensivo de Uruguay y conducir a Francia a las semifinales. Entre líneas, con un gran dinamismo, dedujo la naturaleza del partido y se consolidó como protagonista decisivo (completó 99 acciones, 49 más de su media en el torneo). No es extraño que Griezmann brillara en un contexto como el que originó Uruguay. La selección charrúa replegó para no conceder la posibilidad de correr a Francia y a los de Deschamps no les quedó otra que adoptar un actitud dominante.

Necesitaban del relato de Griezmann como hilo conductor y el rojiblanco no vaciló. Fue el constructor por dentro. Recibía, giraba y creaba. Amasó todo el juego interior galo, que había sido muy limitado durante todo el torneo, y mejoró su relación con sus compañeros de ataque (16 asociaciones entre él y Mbappé). Desde el pase agigantó el capital ofensivo de los bleus (65 entregas con un 77% de precisión). También se fajó como primer defensa y cerró las líneas de acceso de la zaga uruguaya hacia Torreira y Bentancur. Asistente y goleador, dejó huella por fin en este Mundial. Con Griezmann así Francia está para todo.

El amago inteligente

Griezmann empezó a cambiar el partido con el lanzamiento de falta del gol. Su amago desajustó las marcas uruguayas y barrió la zona de remate para Varane. Vecino fijaba al central, que frenó para después arrancar y abrirse paso. Acabó adelantándose a Stuani, que defendía en zona.