Y el cielo se nubló para España
Se anunciaba tormenta en el cielo y en el campo en Moscú para ayer domingo. Y así fue. Cherchesov invocó a la lluvia del sopor, del aguantar, del salir a la contra y de mojar la oreja del juego de España. Ramos daba esperanzas pero esa mano que Piqué ha enseñado otrora con orgullo daba alas al gigante Dzyuba, que marcaba inundando de dudas a España después de todos sus intentos de mermar la moral de la defensa de la Selección española.
Rusia ha obrado el milagro. Ha hecho lo imposible apelando a una táctica que se sabía de antemano y a la que España no ha sabido hacer frente. Se sabía de sobra, ellos son así. Quien vive aquí lo sabe y los rusos viven en picos: igual están arriba que abajo. Hoy entran en la gloria. En la del cielo que les ha dado un baño de gloria ante una España a la que tenían ganas desde hace mucho. Hoy la venganza, el cielo y la suerte han querido cantar el famoso Kalinka.