Rusia, en su tormenta perfecta

El partido entre Rusia y España era uno de los más esperados en el país anfitrión. No sólo porque lo español tiene mucho tirón, sino porque además los de Cherchesov quieren seguir vivos en su Mundial a costa de una selección grande. El equipo es optimista, la prensa así lo afirma. La derrota frente a Uruguay por 3-0 apenas ha mermado los ánimos de la máquina roja, que ve con buenos ojos su cruce con los de Hierro por la irregularidad que han mostrado en la fase de grupos. Pese a que el técnico ruso es amante de los cambios, todo apunta a un once sin demasiados sobresaltos con Cheryshev, Dzyuba y Golovin como el tridente que intente hacer daño a una defensa española que por momentos hace aguas. Y esa es precisamente la baza que Rusia quiere jugar y por la que ha transmitido su optimismo en las últimas horas, dejando la presión a España. Esperar y salir a la contra. Esa va a ser la táctica de un equipo que sufre con el balón si no está enchufado Samedov.

Luzhnikí será el escenario de esta contienda. Y los rusos saben mucho de guerras. La de hoy promete ser una batalla sin cuartel, en la que el dramatismo de quedar eliminado llegará aderezado con una previsión del tiempo que augura tormenta y hasta granizo. La Roja deberá hacer frente a unas condiciones climatológicas que no le son favorables para su juego de toque frente al despliegue físico que derrocharán los locales. Es su momento y es su Mundial. Rusia tiene ganas de escribir su historia a costa de una España que parece inundada de dudas. En Moscú ya se habla del día de la tormenta perfecta.