Esplendor histórico del Madrid
Que la final de la Liga Endesa haya sido casi clandestina (es difícil luchar contra el Mundial y mucho más si se fija el segundo partido en el post de un España-Portugal) no borra este esplendor histórico de la sección de baloncesto del Real Madrid, que en el caliente ambiente de Vitoria sumó su título número 34, que también significa el séptimo doblete Liga-Euroliga de la historia. Este Madrid no era el que llegó reventado a Valencia el año pasado. Le sobraban piernas y talento. Ha ganado la final con una media de 91,75 de puntos por partido. Laso, 15 títulos en 21 finales, ha construido un equipo coral extraordinario que se ha repuesto a la marcha de dos de los cuatro jugadores que arrancaron el ciclo ganador, Sergio Rodríguez y Mirotic, la estira y, aunque parezca mentira, la mejora.
Rudy, elegido MVP de la final, ha recuperado un nivel extraordinario a sus 33 años, una alegría para el baloncesto español. Este ha sido, sigue siendo (por eso renueva) un jugador superlativo. Aplauso para la fe del incombustible Felipe y para Carroll, del que nadie habla pero que siempre está. Y para Llull, a quien después de una gravísima lesión le ha dado tiempo, sin estar en su mejor momento, de ayudar a sus compañeros a levantar dos títulos. Y puerta grande para el niño superdotado. Luka Doncic pisará suelo americano con 19 años con todo ganado en el Madrid. Las prisas de estos tiempos hacen inevitable su marcha. Una pena. Es difícil ver jugadores tan prodigiosos. Si madura como debe, va camino de ser leyenda. También en esa maravillosa jungla llamada NBA.