Bienvenidas sean las ‘migajas’

La Candidatura United arrasó en la votación en el Congreso de la FIFA y México será sede de su tercera Copa del Mundo junto a Estados Unidos y Canadá. Con el 67% por ciento de los votos, estas tres naciones que no han sido capaces de ponerse de acuerdo para renovar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCan), le pusieron sobre la mesa a la FIFA un negocio que era difícil de rechazar. A diferencia de la otra alternativa para organizar el Mundial 2026, Marruecos, United ofrecía una extraordinaria garantía de once mil millones de dólares para el máximo organismo futbolero. Eso terminó, con todo y la cara de molestia de Gianni Infantino, por inclinar la balanza a favor de los norteamericanos.

México negoció votos claves, por ejemplo con la Conmebol, organismo al que le confirmaron que los clubes de la Liga Mx regresarán (claro, con todos sus patrocinadores) a disputar la Copa Libertadores a partir del próximo año, torneo que por cierto tendrá un formato al estilo europeo con una sede designada con anticipación, para celebrar la final. Lo mismo pasará con la Copa América, en la que comercialmente el fútbol mexicano puede llegar a aportar hasta el 25% del total del negocio de la competición.

Pasaron 32 años para que México recibiera por parte de la FIFA la sede de otro Mundial, pero en este caso es diferente, y aunque somos muchos los que lo celebramos, otros sienten que sólo recibiremos las migajas del primer certamen de la historia con 48 selecciones participantes, pues de los 80 partidos que serán programados, solamente 10 se disputarán en Guadalajara, Monterrey y Ciudad de México, las tres ciudades autorizadas para albergar los encuentros de la edición de 2026.