Tres dudas que conviene disipar antes del Mundial

No hay peor enemigo en el fútbol que la complacencia, defecto que España no ha mostrado durante el bienio Lopetegui, caracterizado por los buenos resultados y un fútbol excelente. Las victorias sobre Italia y Argentina figuran entre lo mejor que ha producido la Selección en los últimos años. Las sensaciones han sido tan buenas que no se vislumbraban problemas serios antes del Mundial, salvo el debate relacionado con el delantero centro, pero esa cuestión viene de tan lejos que forma parte del paisaje. Sin embargo, el partido con Suiza emitió algunas señales preocupantes, problemas de mediana magnitud que resultan más atajables ahora, a 10 días del comienzo del Mundial que en plena vorágine del torneo.

Faltaron titulares esenciales en el equipo. Carvajal, Sergio Ramos, Isco y Busquets figuran entre los mejores del mundo en sus posiciones, pero además tienen una enorme ascendencia en la Selección. Isco, que en el Real Madrid no acaba de sentirse indiscutible, ha sido la gran sensación de España en los dos últimos años. Sergio Ramos, Busquets y Piqué forman un espléndido triángulo defensivo desde hace casi 10 años, con el valor añadido de sus potentes personalidades. En su mejor estado, no tienen rival.

La ausencia de Busquets siempre se acoge con aprensión. Es un fenomenal mediocentro que no encuentra a nadie parecido en el fútbol español. El prometedor Rodri no está todavía para las grandes aventuras. Thiago ocupó el puesto contra los suizos. Jugador de gran clase, no tiene la disciplina, ni los recursos defensivos de Busquets. Con la pelota, olvida en ocasiones su condición de garante del pase y comete errores que importan relativamente poco en la mediapunta, pero que son devastadores 30 metros más atrás.

Suiza llegó a posiciones de remate con bastante frecuencia. No encontró la oposición necesaria. Desaprovechó últimos pases y algo de habilidad en los remates. Azpilicueta y Piqué funcionaron bien y evitaron situaciones desagradables para la portería española. Quedó claro que Busquets está varios cuerpos por encima de los demás. Una gastroenteritis le eliminó del partido. Conviene que esté como un pincel.

El gol suizo se produjo en un error clamoroso de De Gea, en el tipo de acción donde se ha ganado fama como portero. Se adornó en la estirada para detener un tiro más bien soso. Lo hizo con tan poca tensión que se le escapó la pelota, ante el estupor de los jugadores y del público. De Gea cometió otro error parecido ante Argentina, aunque el tiro fue más violento, y se enredó en uno de los goles que le marcó el Sevilla en Old Trafford. De hecho, palmeó el balón hacia la red. Conviene que los porteros parezcan invulnerables. Un portero con dudas invita al cortocircuito del equipo. Se supone que los últimos errores de De Gea son tan accidentales que no preocupan ni al entrenador, ni a los jugadores. Ojalá.

Diego Costa fue el delantero titular. Iago Aspas se trasladó a la derecha. Ninguno de los dos estuvo cómodo. Diego Costa aparece en todos los pronósticos como titular en el Mundial. Frente a Suiza se pareció al Diego Costa que no acaba de marcar diferencias en la Selección. Son cuatro años de espera y la duda no se resuelve. Encaja con muchas dificultades en el peculiar juego de la Selección, pero Lopetegui mantiene su confianza en el delantero del Atlético. Es el caso que ahora mismo genera más preocupación. En Vila-real no mejoró el pronóstico. Diego Costa no acaba de jugar con naturalidad en la Selección.