Quererse y hacerse respetar
Es una llàstima que els nostres camins es separin. Moltes Gràcies, Pau, per tots aquests anys defensant la porteria #RCDE al futbol base i al primer equip. Bona sort”. Así reza textualmente el mensaje del club tras el anuncio de la consabida marcha del meta gerundense. Un mensaje que deja al descubierto gran parte de las carencias de una entidad que no tiene un norte definido y que sigue dando palos de ciego, obviando las virtudes de aquellos que se dejan el alma por los colores y ensalzando a los que se marchan sin dejar un euro en caja. Quererse es básico en esta vida. Cuando pretendes ser aceptado y ganarte las simpatías y el respeto debes empezar por hacer un ejercicio de introspección y saber aceptarte, con tus virtudes y tus defectos. Puede parecer muy filosófico y naif, pero es una verdad inefable que tiene un trasfondo importante en el registro de nuestra entidad. Un Espanyol que vuelve a cometer los mismos errores del pasado, cuando no se hizo respetar ante las salidas de Lopo o Capdevila, jugadores formados en la base y que marcharon dejando tirada a la entidad a la primera de cambio.
Habló de Lardín y lo hizo lanzando con bala. Seguramente el de Esparraguera se habrá equivocado una, dos y muchas veces a lo largo de su trayectoria en los despachos pericos, pero el que fuera extremo se marchó sacado a hombros de Sarriá y por 1.500.000 millones de las antiguas pesetas, algo que obvia Pau y que pretende pasar de forma desapercibida. Asistimos atónitos a observar como cualquier jugador es capaz de echarle un pulso tremendo a una entidad enferma.