Sin Messi, su alma, no hay Barça de los Invencibles. El argentino se quedó descansando confortablemente en su casa de Castelldefels y encontrará a sus compañeros derrotados al regreso. El Barça tenía la aspiración legítima de acabar LaLiga sin perder. Esas marcas quedan. Ahora que se va Wenger del Arsenal, se multiplican reportajes que no paran de recordar aquel Arsenal de los ‘Invincibles’ en honor a aquel conjunto de Lauren, Pires, Vieira, Gilberto Silva, Henry, que ganó la Premier sin perder.
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El Barça ha sido un coladero desde la primera parte del Sánchez Pizjuán y la noche negra de Roma. Ha perdido colocación y concentración. También confianza. El Barça se rompió por el medio. Busquets hizo un mal partido, Mina demostró que está a años luz de ser central para el Barça y hubo un momento con 5-1 en el que el partido incluso amenazó por cambiar el récord de imbatibilidad por un ridículo histórico. Al final, sus jugadores sacaron cierto orgullo y maquillaron el marcador. La buena noticia de la noche para el Barça fue Coutinho, jugador con menos continuidad que los centrocampistas que le han dado leyenda al Barça. Pero con carácter y mucho gol. Coutinho solito casi salva el récord de esta Liga que él sólo ha jugado media. El reto quedará pendiente: no habrá Barça de los Invencibles.
