Aquí tienen una noticia sin igual

Aquí tienen una noticia sin igual. El milagro de los panes y los peces: conseguir el fichaje de un goleador por solo 1,5 millones y devolverlo al mismo club, tres años y 38 dianas más tarde, por 20 ‘kilos’. Jugada maestra...

¿Cómo? ¿Que no ha colado, verdad? Era de esperar. Sin faltar verosimilitud en una operación económicamente impecable, la casi segura venta de Gerard al Villarreal es ruinosa para el Espanyol al resto de niveles, que desgraciadamente son los que realmente importan en un club de fútbol: sentimental y deportivamente.

Créannos, que los periodistas estamos deseosos, ávidos, encantados de explicar buenas noticias, y hoy por ejemplo les detallamos en las páginas de AS (y en la edición web, que no falte de nada) la excelente valoración que la UEFA hace de Cornellà. Pero, por mucho que le echamos empeño, la actualidad no lo está poniendo nada fácil desde hace ya algún tiempo. Y el caso de Gerard, socialmente, puede ser la gota que colme el vaso.

En un Espanyol muerto de sed, perdido en el desierto, aterrizó Rastar ofreciendo no ya agua sino champán francés, lo que fue recibido con normal euforia. Trasladada la deuda a Chen y sin riesgo de desaparecer, la botella sigue abierta sin mayores motivos (como aquella promesa de Champions) para brindar, y con un gas tan disipado que cuesta echarse un solo trago, por eso aquel néctar se sustituirá por una bebida ‘low cost’.

Perderá el Espanyol a su ídolo (salvo que el doctor Gert trabaje en el Villarreal) y se rehará, como ha hecho siempre. A riesgo de que la suma de tanta losa acabe pesando demasiado y un día ya no quede nadie alrededor para ayudar a levantarla.