Carmelo, el escudo y las elecciones

La esperada rueda de prensa de Tino Fernández al fin tuvo lugar. Fue una curiosa mezcla de pasado y futuro en la que se habló de casi todo, incluido Tebas. El pasado, reciente y doloroso, fue el descenso, del que casi se pasó de puntillas porque está más que asumido y el faro ya está enfocado en regresar a Primera. Y ese es el objetivo inmediato, con la presentación de Carmelo del Pozo como primera bandera a la que agarrarse. El nuevo director deportivo es el futuro, aunque su discurso, sin pretenderlo, tuvo muchas claves del pasado que explican gran parte del fracaso presente. Carmelo elegiría al nuevo entrenador, al que considera “la pieza más importante del proyecto”. Siete han desfilado con Tino y ninguno ha tenido ese peso ni ese respaldo, pareciendo incluso a veces un mal necesario.

También se refirió a la futura plantilla. A unos jugadores que deben estar en el Depor por convicción, no por obligación. Que deben sentirse, y con orgullo, futbolistas de Segunda. Su discurso, duro y realista, contrasta con un vestuario que ha vivido estos años bajo una irreal autocomplacencia. Su definición de Bergantiños es la de un capitán. La del alma que todo equipo necesita y a la que se renunció este verano abriéndole la puerta de servicio. Una suma de factores que conduce al escudo, al Depor, y eso que es segoviano y lleva un día en A Coruña. Otra pieza clave del futuro son las elecciones. Miguel Otero arranca y en breve el famoso 5% se convertirá en Junta. Tocará comparar proyectos, elegir y luego remar todos juntos porque al final pelean por lo mismo: el bien del Deportivo. ¿No?