Messi ya ha cogido el brazalete
Aunque parezca mentira, Messi todavía tiene cosas nuevas que hacer en el Barça. A falta de Iniesta, una de ellas será llevar el brazalete de capitán. Messi no se bajó del barco en el Clásico. Allí donde se le echó de menos en Roma, apareció en su casa para sacarse de la chistera otro gol dulcísimo. Messi es mucho más que una estrella para su gente. Es el estado de ánimo del barcelonismo. Su gol permitió sobrevivir a un Barça disminuido un tiempo entero que hizo lo que pudo y supo para mantener su condición de invicto.
Esto es lo que espera a Messi, que desde ahora está obligado a ser exactamente lo que es: el jugador más importante de la historia del club. Eso conllevará más que vivir a su forma y a su modo. Más que hacer sus goles y dar victorias, una detrás de otra. Lo que hizo Messi contra el Madrid fue lo que la gente espera de él: jugar mucho al fútbol, pero también sudar una camiseta, sentir un escudo, correr por una causa. Todo eso es lo que envuelve a Messi para el barcelonismo, que no lo considera ya sólo un icono sino directamente una especie de gobernador. Messi ha vuelto a triunfar este año en LaLiga. Campeón, máximo goleador, mejor asistente. Es un jugador descomunal y desbordante al que siempre hay que pedirle un poco más porque lo tiene. Lo tenía en Roma y no lo dio. Le vienen tiempos en los que no sólo se le pedirá esplendor en la hierba. También como portavoz. Hay más Messi para ver en el Barça.