#FroomeDumoulin: el esperado duelo ya no ilusiona tanto
Antes de que el salbutamol se entrometiera en el camino, la afición suspiraba por una nueva rivalidad, que llega en este Giro 2018 con un amenazante asterisco.
Ya ha arrancado la primera grande de la temporada, el Giro de Italia, que también es la primera grande que pisa un país no europeo. La figura de Gino Bartali, que ayudó a salvar en silencio a 800 judíos y se llevó el secreto a la tumba, hermana a la Corsa Rosa con Israel, que alberga las tres etapas iniciales de su 101ª edición y hasta aporta un equipo de esta nacionalidad: el Israel Cycling Academy. Los equipos, por cierto, se han reducido a ocho corredores en pos de la seguridad y del espectáculo. El Giro 2018 será el primer termómetro para medir la temperatura de este innovación.
En la salida de Jerusalén, varios nombres propios apuntan al podio final: Tom Dumoulin, Fabio Aru, Thibaut Pinot, Esteban Chaves, Superman López, Domenico Pozzovivo… Entre ellos no aparece ningún español, salvo sorpresa de Rubén Fernández o David de la Cruz. Pero sobre todo hay un nombre que centra el interés: Chris Froome. Cada pedalada del líder del Sky está marcada con un asterisco desde que arrancó la temporada. Su presencia aquí quizá no valga para nada, salvo para quitar el protagonismo a otros. Su positivo aún espera resolución.
Antes de que el salbutamol se entrometiera en el camino, los aficionados al ciclismo suspiraban por una nueva rivalidad: Froome-Dumoulin. El año pasado, el británico se convirtió en el primer campeón en redondear el doblete Tour-Vuelta, desde que se celebra en ese orden, y el holandés dominó la centenaria edición del Giro. Dumoulin se eleva como el único capaz de rendir a la misma altura o incluso mejor que Froome en la contrarreloj, como ya ha demostrado en la jornada inaugural, sin ceder después excesivo tiempo en la gran montaña. Apetecía asistir a este duelo. Y, con todo respeto al Giro, apetecía presenciarlo en el Tour de Francia, donde se corona al más grande. Pero, por encima de eso, apetecía disfrutar de esta lucha sin que un comité de disciplina pueda voltear el resultado dentro de unas fechas. Intentaremos no pensar en el asterisco. Ya veremos si lo logramos.
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