El Sevilla ya tiene su final negra

Nos llenamos la boca durante la semana diciendo que el Sevilla sabía competir y ya no había final al descanso. El plan de Montella se cayó como un castillo de naipes en media hora. Un equipo de mantequilla, atravesado apenas por un pelotazo de Cillessen. Destrozado por el Barça a campo abierto, sin soluciones colectivas e individuales, el partido fue una pesadilla para el Sevilla, que hubiera cogido el primer AVE al descanso. El sevillista no tenía seguridad en ganar. Pero sí en luchar. La bandera blanca no es una opción si eres el Sevilla.

La sensación fue creciendo de la rabia a la impotencia y, finalmente, a la indignación. Por primera vez en 128 años de historia, al Sevilla le meten seis veces cinco goles durante una temporada: Spartak, Madrid, Betis, Atlético, Eibar y Barcelona. El dato revela serios daños estructurales en la plantilla, que de momento necesita un ejercicio de profesionalidad para acabar entre los siete primeros. Pero que luego tendrá que reflexionar. Las alegrías este año han sido contadísimas, Old Trafford y no mucho más. Eso ya no es suficiente para el Sevilla, que hace un año perdió una figura capital en Monchi, un sostén deportivo y emocional. La tremenda caída del Wanda deja tocada a la cúpula deportiva del club. Óscar todavía no ha podido llenar ese enorme vacío y Montella, que había parecido enc ontrar un once y una idea, también queda marcado porque en LaLiga no tiene ya nada que ganar. Sólo que perder. Los días negros del fútbol son horribles y el Sevilla ya tiene su final negra.