A James Rodríguez hay que darle la pelota
James habla con el balón en los pies. Lo hizo en Banfield, en la Copa del Mundo de Brasil-2014 e incluso en el Madrid cuando encontró confianza desde el banquillo. Hoy lo hace en Alemania, en una entrevista en la que las palabras pesan por la madurez y el respeto hacia un club que en los próximos días será rival, pero que fue su casa y el lugar en el que hizo grandes amigos. Tras un adiós que tardó más de lo necesario, los caprichos del fútbol lo colocan ante una nueva oportunidad para seguir forjando su carrera como crack del fútbol mundial.
Múnich también ha sido un reto para el colombiano. La temprana salida de Ancelotti supuso una doble adaptación tanto al estilo como a las preferencias del nuevo entrenador. Heynckes llegó al rescate del Bayern y de paso del centrocampista al que analistas y fanáticos empezaron a mirar con desconfianza cuando por decisión técnica pasó a ser actor de reparto en la segunda unidad del equipo madridista. En el Bayern enriqueció su juego partiendo unos metros más atrás, potenció su capacidad física y recuperó la confianza. Al 10 (ahora 11) hay que darle la pelota. “Cuanto más juego, más puedo darle al equipo. El míster lo sabe”, asegura el de Cúcuta a mi compañero de As y los datos lo avalan.