SIN CADENA
Ourense Strade Termal: tramos de tierra en una marcha diferente
El cicloturismo vive una época de auge y los organizadores de las pruebas de nuevo cuño se van adaptando a un público cada vez más exigente
Antes de nada, quiero dejar claro que esto no es un publirreportaje pagado, sino un ejemplo de cómo algunas organizaciones –en este caso una apoyada por una marca fuerte- le dan una vuelta de tuerca a lo que presentan para que los aficionados a la bicicleta pasen un fin de semana divertido y diferente con su deporte como epicentro. Es el caso de la Ourense Strade Termal, una marcha de nuevo cuño en la provincia gallega.
Una prueba que, además, tiene como seña de identidad que atraviesa varios sectores de tierra. Sin duda ha nacido al calor del tirón popular que ha tenido la Strade Bianche, convertida en pocos años en una de las carreras con más éxito de público. Antes de seguir con la cita, me veo obligado a mandar un recuerdo al G.P. Canal de Castilla, que hasta donde llega mi memoria ha sido pionero en este tipo de marchas incluyendo tramos de tierra, con la diferencia además de que se ha constituido como marcha retro, con bicis antiguas y transitando por numerosos tramos de sirgas del canal. No en vano la llaman la ‘Roubaix Castellana’.
Pero volvamos a Ourense. Es de todos conocido que la provincia se está promocionando en lo turístico usando su oferta de balnearios como reclamo. Así llegó la Vuelta a España 2016 a tener la salida oficial allí, y también allí este año habrá un final en Luintra, en plena Ribeira Sacra. Una zona de la que ya hemos hablado aquí.
En este caso la Strade Termal ha incluido un total de cuatro sectores terrizos, pero no se descarta que sean más en el futuro. Además con un trazado duro, de 110 kilómetros y más de 2.000 metros de desnivel positivo, haciendo incluso una incursión de 20 kilómetros por Portugal. Los detallitos de calidad han sido abundantes en toda la prueba, según me cuenta gente que ha estado allí y con la que he hablado. Había hasta un servicio de reparación al final de cada tramo de tierra. Se tuvo el ya casi tradicional detalle de regalar un maillot conmemorativo a cada participante.
Tenían el límite puesto en 500 inscritos para ser la primera vez y prácticamente lo han copado entero, lo que no está nada mal. Más de 460 ciclistas, entre ellos ex profesionales como Álvaro Pino, Óscar Pereiro o el triatleta Iván Raña, completaron el recorrido y los comentarios han sido realmente positivos, especialmente con esa entrada en el Parque Natural da Serra do Xurés.
Todo eso en lo que se refiere a la carrera, pero además la tarde antes hubo música en directo con distintos grupos y una convivencia para crear ambiente. Después también se dio un buffet libre a los participantes. Gestos extra que dan un punto más de calidad a una marcha y animan a quienes han participado en ella a volver al año siguiente. Sin duda el cicloturismo vive una época de enorme auge y los organizadores se van adaptando a un público cada vez más exigente. La Ourense Strade Termal es buen ejemplo de ello.