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SIN CADENA

Tres rincones poco explotados para pedalear en primavera

Descubrimos lugares con un encanto especial para disfrutar del ciclismo, ahora que se empieza a alejar el frío, y que aún no son masivamente visitados

Zahara de la Sierra, base donde comienza el Puerto de Las Palomas
Andalousia Tour

Hace unas semanas os comentaba algunas marchas cicloturistas que os pudieran resultar interesantes para hacer. En esta ocasión, más que marchas o eventos concretos me gustaría presentaros lugares. Sitios donde la práctica del cicloturismo se convierte en un verdadero gusto para los sentidos y sufrimiento –o no, cada uno se busca su ruta- para las piernas.

Lo primero que tengo que decir es que voy a poner unos cuantos porque los conozco, pero el nivel paisajístico y montañoso de España es tan alto, rico y variado que en cualquier ‘boquete’ puedes encontrar cuestas, puertos, valles y lagos –que encima ahora están bonitos porque ha llovido- para irte unos días a practicar lo que más nos gusta: ciclismo sin más pretensiones que las de pasarlo bien mientras nos mantenemos en forma. Y, lo mismo que las marchas, lugares que no son los típicos que se venden en todas partes: las Baleares, Girona, Asturias, Pirineos o Sierra Nevada no hace falta que yo os los presente.

La Montaña Palentina

A mí personalmente es un sitio que cada vez que lo visito me pone un poco triste. Pensar en una tierra que fue más o menos próspera hace tiempo y que parece condenada al abandono y la despoblación si nadie hace nada para evitarlo. Todavía conserva pueblos relativamente vivos como Aguilar de Campóo, Cervera de Pisuerga o Guardo, ya camino a la provincia de León.

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El caso es que más allá de mis paranoias, el sitio merece muchísimo la pena. Se puede pasar desde Palencia a Cantabria, a la comarca de Campóo, a través del Golobar. San Glorio, otro puertaco, tampoco pilla excesivamente lejos. Y pueblecitos como Brañosera son una maravilla. Tampoco está muy lejos la estación cántabra de esquí de Alto Campóo, puerto tendido y que luego se endurece hasta llegar al Mirador del Chivo, a casi 2.100 metros.

Ribeira Sacra (Lugo - Ourense)

Hasta hace dos años, de aquel rincón no se acordaba prácticamente nadie. La Vuelta a España lo puso un poco en el mapa, y este año tienen previsto volver. El laberinto de carreteras estrechas y sin apenas tráfico es una pasada, y el Cañón del Sil impresiona muchísimo. Luintra es el lugar de referencia por ser el elegido para la Vuelta en las dos ocasiones.

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Pero si nos metemos en profundiades por Nogueira de Ramuín, o tomamos la carretera de Sobredo, cerca del embalse del Sil, encontraremos subidas que, sin tener rampas propias de una cuesta de cabras, sí se hacen interesantes y exigentes. No hay grandes altitudes y sí un terreno rompepiernas de lo más divertido… y duro.

Sierra de Grazalema (Cádiz)

Posibilidades infinitas, montaña de la buena a la que sólo le falta un poco más de altitud. El punto más alto al que se puede subir en la carretera es el Puerto de las Palomas, que desde Zahara de la Sierra tiene 14 kilómetros y es todo un Primera. También se ha pasado en Vuelta a Andalucía y Vuelta a España en varias ocasiones. El Boyar, desde Ubrique, es otro puerto de los que hacen daño. Grazalema se encuentra en el centro de todo ese laberinto, a 850 metros sobre el nivel del mar.

Después, para los que sean buenos fondistas, se puede encadenar con la Serranía de Ronda. Y allí hay otro sinfín de posibilidades. Desde el Puerto del Viento en dirección a El Burgo, perderse por Benaoján y Montejaque, pueblos blancos por donde parece que no pasa el tiempo. O llegar incluso a Jimera y Jubrique, pudiendo incluso entrar a Peñas Blancas desde la cara norte, la más suave. Desde ahí, si estamos muy finos podemos bajar a Estepona y subir de nuevo a Ronda por el Alto del Madroño antes de ir otra vez a Grazalema. Pero sale una buena kilometrada y con desnivel.

Estos tres lugares son propicios para ir a partir de ahora, en primavera. La Montaña Palentina es terriblemente fría en invierno. De hecho pueblos como Brañosera suelen quedarse incomunicados en más de una ocasión. Y para la Ribeira Sacra y Grazalema, los meses de primavera y septiembre u octubre -sólo a principios en Andalucía- son los mejores. En Ourense cuando el calor se pone cabezón puede ser muy sofocante, y en la sierra gaditana también. En invierno son lugares donde la lluvia puede ser algo frustrante. Y ahora os pregunto yo. ¿Cuál es vuestro rinconcillo favorito para dar pedales? ¡Tenéis un espacio para venderlo un poco!