Adiós a un hombre de club
Ziganda cubre sus últimos días como entrenador del Athletic, tras quedar en una posición de máxima debilidad por el discurso de Urrutia. Berizzo es el favorito para sustituirle.

Cuando algunos ponían a Ziganda como un esforzado y paciente trabajador que padecía en el filial esperando de una vez por todas su oportunidad en Primera, aquí decíamos que era la envidia de la profesión: posiblemente el entrenador mejor pagado de la historia del filial rojiblanco (y quitando Zidane y Guardiola de todos los que han existido en España) y con seis años sin ninguna exigencia, aplaudiendo el éxito del ascenso y pasando de largo por cualquier decepción. Pues bien, ahora que casi nadie le defiende, me apetece resaltar su talante de hombre de club. Ni una mala palabra tras quedar en la posición más débil de su historia en el Athletic.
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Urrutia le dejó sentenciado tras aquello de que los contratos se pueden quebrar (toda una novedad tras manosear durante su mandato que “están para respetarlos”). “Casi siempre estoy de acuerdo en lo que dice. Vamos de la mano en todo lo que significa el club. En el mundo del fútbol los contratos valen lo que valen”, aseguró en un ejercicio de disciplina absoluta. Cuco no lo va a tener fácil en el futuro. Le costará volver a Primera.
Tal vez le toque, como a otros muchos que salieron antes de tiempo del banquillo de San Mamés, empezar de cero. Pero su elegancia en la salida debería servir a su gente para perdonarle este año infame.



