El equilibrio de Vallejo

En el cuerpo a cuerpo. El fútbol depara situaciones poco corrientes. El presumible debut de Vallejo en Champions será en cuartos y ante la Juventus. Pese a la ventaja de la ida, no apunta a ser un estreno sencillo, pero el aragonés reúne condiciones para ofrecer una respuesta de garantías. En Vallejo se concentran las cualidades de un central con un gran sentido de la anticipación, una lectura de juego correcta y la efectividad en las coberturas a sus compañeros de zaga. También convence en los duelos individuales como demostró ante el Sevilla (ganó el 70% de los 15 que mantuvo en el partido). Sobre él pesan ciertos recelos por su rendimiento en el cuerpo a cuerpo contra delanteros de trazo físico como pueden ser Higuaín y Mandzukic. Sin embargo, Vallejo tiene la capacidad de sobreponerse ante rivales de este porte por su intensidad en la marca y su rapidez en el giro. En el juego aéreo sí presenta más dificultades y no acaba de controlar todas las situaciones de despeje, a veces demasiado frontales.

La anticipación como sello distintivo. Si algo ha distinguido la corta carrera de Vallejo, es su fiable ejercicio cuanto mayor resulta la exigencia. Su primera temporada en el Zaragoza ya subrayó su jerarquía en partidos de trascendencia como ante Osasuna, Sporting, Valladolid o los playoff frente a Girona y Las Palmas. Jugó con la seguridad e inteligencia impropias de un chico de 18 años. Con el Eintracht se enfrentó a desafíos como el Bayern o el Borussia con una solidez notable, que también ha exhibido este mismo curso ante el Sevilla. Vallejo casi siempre se adelanta a la jugada como hacía Gaby Milito, su ídolo de niño. Ve el pase del rival antes de que se produzca y sale al corte con firmeza. Le ayuda su facilidad para perfilarse de un modo u otro en función de la carrera del rival. Vallejo fija la marca, pero vigila de reojo el balón. Estas virtudes le convierten en un recuperador nato (casi seis robos por encuentro, sólo Ramos presume de mejor promedio entre los centrales blancos).

Tapona los espacios. La progresión de Vallejo ha afianzado su estabilidad en jugadas de uno contra uno. En sus inicios en el Zaragoza sufría ante futbolistas habilidosos y eléctricos y acostumbraba a recular en conducciones de balón de atacantes contrarios. Aunque en ocasiones siguen apareciendo estos defectos, el aragonés ha pulido estas deficiencias al aumentar su velocidad y nivel de aceleración que le permiten brillar en distancias pequeñas y medias. El paso por el Eintracht estimuló su potencial en el sprint. La atención extrema de Vallejo a todo lo que puede suceder a sus lados y a su espalda le valida como un posible central de amplio recorrido. Es habitual verle cerrar los espacios a jugadores que pretender romper desde la segunda línea e ir al auxilio de los laterales cuando estos pierden la posición. Su última titularidad frente a Las Palmas probó su talento en este tipo de acciones. Frenó las incorporaciones desde atrás de Vicente Gómez, Momo y Halilovic y rectificó a Theo en la banda izquierda en distintos momentos.

La opción Casemiro. En plenitud física, Vallejo es la opción lógica como sustituto de Sergio Ramos, pero Zidane podría también retrasar a Casemiro. El brasileño actuó en la defensa contra el Celta el curso pasado y ante el Valencia en el inicio de campaña. En ambos partidos se le vio fuera de sitio y acusó la falta de hábito. No le ayudó que fueran encuentros demasiado abiertos, un escenario que el Madrid no debería propiciar ante la Juventus. Nunca estuvo arropado del todo e instintivamente se desenvolvió como un mediocentro en la posición de central. Salió con frecuencia de zona, quedando desprotegida la zaga, y le costó seguir su marca cuando los rivales se asociaban con paredes interiores. Soltaba al delantero rival por puro reflejo. Esta falta de automatismos contrastaron con su imponente presencia al corte en balones divididos. Si Casemiro actuase como central, le reforzaría que Zidane juntase a Kovacic, Modric y Kroos para no tener que verse expuesto ante posibles pases interiores a la espalda de los medios como le ocurrió al Madrid en el derbi.

Movimiento a la banda

Vallejo domina contextos que no todos los centrales manejan. Posee la facultad de trasladarse a la banda para poner freno a opciones de contraataque de los equipos rivales. Esto es esencial en el Madrid. No se amilanó ante el Sevilla por la velocidad de los futbolistas hispalenses.

Instinto erróneo

Casemiro se equivocó en el primer gol del Valencia en el Bernabéu. Gayá apuró línea de fondo, tras un descuido doble de Carvajal y Marcelo, y centró para la llegada desde el otro lado de Soler. Casemiro dio un paso adelante para tapar a Rodrigo y no cerró la línea de pase.