Zidane reina en Turín

Partido de genios. La noche monumental de Cristiano también engrandeció la figura de Zidane. Sus decisiones de inicio a fin propulsaron al Madrid y embarullaron la idea de Allegri. A Isco le mandó caer a la izquierda en los metros finales y con Lucas reordenó la confusión en la que se sumió por un rato el conjunto blanco.

Titularidad acertada. Zidane volvió a Cardiff y confió en Isco. Sabía de la apatía defensiva de Douglas Costa, de la fragilidad de De Sciglio y del escaso bagaje táctico de Bentancur. El dinamismo del malagueño estimuló la posesión de balón del Madrid (54 pases sin fallo) y desconcertó al sistema de la Juventus.

En el otro banquillo. Allegri dispuso un 4-4-2 con Douglas Costa y Alex Sandro en las bandas con el objetivo de sacar a Modric y a Kroos del carril central y despejar el camino para las conducciones de Khedira y Bentancur y los movimientos de Higuaín y Dybala. Casemiro estaba desasistido, pero la jerarquía de Varane y Ramos solventó distintos problemas.

El ajuste. Ese contexto obligaba al Madrid a resistir el acoso de la Juventus. Zidane no esperó esta vez en los cambios y sacó a Lucas por un inoperante Benzema, insostenible su presencia en el once. Cinco minutos le fueron suficientes al gallego para absolver a Modric de sus responsabilidades en banda y equilibrar a su equipo justo antes de la extraordinaria chilena de Cristiano. Notable resultó también la labor de Zidane.

A por la debilidad

Situación de lateral contra lateral (Marcelo ante De Sciglio) al no ayudar Douglas Costa como debería. Isco corta y gana el espacio en la banda más desprotegida de la Juve.

Ayuda por dentro

Douglas Costa manda un envío interior a Higuaín, pero Lucas está atento en el lado débil y le arrebata el balón al argentino. Ahí se inició la obra de arte de Cristiano en el 0-2...