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Los hilos de Modric y Kroos

Interiores de lujo. Sin el talento creativo de Modric y Kroos, no se reconocerían los éxitos del Madrid. En plenitud hay en el mundo poquísimos centrocampistas de su altura. Las señales positivas que han transmitido en los últimos partidos les confieren en el capítulo técnico un papel fundamental. Ambos se sienten más cómodos con el 4-4-2, sea cual sea su disposición en el mismo. De su mezcla, que no ha de ser siempre directa, se origina la transición blanca. Si uno de los dos baja para iniciar la construcción, el otro se alarga para proponer otro escalón en el juego o se ofrece como posible destinatario del balón horizontal. En Cardiff utilizaron un mecanismo que aligeró la salida blanca.

El cuarto centrocampista. El Madrid de Zidane siempre actuó mejor con cuatro futbolistas en la medular. La presencia de Isco en el vértice superior del rombo equilibra el juego interior del equipo blanco y aparece como solución ante rivales replegados, como parece que será la conducta de la Juve en diferentes fases del partido.

Al espacio libre. En Cardiff la Juventus pretendió estrechar el carril central. El posicionamiento de Modric y Kroos, abiertos por momentos a las bandas, les posibilitaba recibir en zonas más liberadas y generar triángulos con los laterales e Isco. Desde esa ubicación orientaron el fútbol del Madrid, patrón que repitieron este curso en la ida frente al PSG. Los de Zidane se estiran y Modric y Kroos avanzan hasta campo contrario, área en la que también son trascendentales. Lideran las primeras asociaciones y rondan el área contraria. La fluidez que generan entre ambos es necesaria en un equipo que promedia casi 120 pases más en terreno rival que la Juventus en esta Champions League.

Como recuperadores. El emplazamiento de Modric y Kroos, con Casemiro atento a las distracciones en el pasillo central, también diferencia al Madrid en situaciones de presión alta, que tantos réditos le dieron en Cardiff. Entre ambos jugadores sumaron 20 recuperaciones e inhabilitaron a Pjanic, baja muy sensible hoy en la Juventus, durante el segundo tiempo. Su constancia en el trabajo sin balón será esencial ante un equipo como el de Allegri, que se define por su diversidad táctica. Esta temporada se ha asentado en un 4-3-3, pero tiene la capacidad de alternar el dibujo en un mismo partido. Contra el Milán en casa empezó con un 3-5-2, cambió después a un 4-3-3 y acabó jugando con un 4-4-2.