Una frase al más puro estilo Bayern
La frase es suficientemente rotunda: “Nadie puede fichar un jugador del Bayern contra la voluntad del Bayern”. Hubo un tiempo en que cualquier cosa que aludiera al Bayern, ya fuera un remate de Müller, una entrada de Augenthaler o un centro de Matthäus, nos obligaba a apretar los dientes y temernos lo peor. El antiguo Olímpico de Múnich se erigía en una fortaleza inexpugnable en la que aquellos alemanes de rojo campaban a sus anchas. Rummenigge era uno de ellos: incansable, goleador incluso con los ojos cerrados, contundente con el pie y con la cabeza. Ahora también con la palabra.
El director general del Bayern no está dispuesto a que el Madrid le birle a su estrella, de ahí la advertencia. A él, dos veces Balón de Oro (1980 y 1981), la sombra del club blanco no le parece tan alargada como para plegarse a sus deseos, aunque desde hace un tiempo lo cita al menor descuido. El pasado verano, tras las críticas de Lewandowski a la pretemporada, dijo en Bild: “Si se queja de nuestro viaje a Asia debería saber que su presunto equipo de los sueños, el Real Madrid, pasó en verano 24 días en el calor, el doble que nosotros”. ¿Presunto? El sueño del polaco suena a real. Por más calor que pueda pasar.