Un tren que circula a dos velocidades
Si los clubes de LaLiga se dividiesen en las diferentes alturas de una pirámide, Betis y Espanyol formarían parte de esa numerosa clase media que aspira a subir de escalón. Dos históricos, con títulos nacionales e inmersos en proyectos cuanto menos ilusionantes. En primer lugar, hay que detenerse en la palabra proyecto, desgastada de tanto usarla por presidentes, directores deportivos, entrenadores, jugadores y, también, por la prensa. El fútbol no escapa a la semántica, y en ocasiones se repiten palabras por inercia. En el Espanyol, en verano, las intenciones de Quique y las del club chocaron, y los fichajes no dieron un salto de calidad. Por ahí empezó a desangrarse el primer proyecto de Chen.
Parece que no ocurre lo mismo en el Betis, que espera pelear por la séptima plaza como el conjunto perico batalló el curso pasado (octavo). Y lo hace sin perder velocidad en su proyecto. Ya tendrían fichado a Pau López, quien hoy pradójicamente ocupará la portería del Espanyol; Sergio Canales, talentoso mediapunta; e Inui, quien además de un buen extremo le abre el mercado asiático, una vía que le hará ganar más ingresos que los actuales. El Espanyol, en estos dos años con Chen, no ha sido capaz todavía de incorporar un asiático ni de abrir una escuela en China. Una velocidad distinta a la que se habló en un primer momento, la de estar a los tres años en Champions. Hoy se miden dos equipos que pueden aprender uno del otro. El Betis, que los proyectos pueden virar rápidamente, como le ha pasado al Espanyol. Y el club blanquiazul, que toca anticiparse en los fichajes, como el Betis.