Si el milagro del Eibar se renueva cada año en la frontera entre Vizcaya y Guipúzcoa, pensar que el humilde club armero pueda ganar a un campeón del mundo suena a fábula o ensoñación. Pero ahí está. Ese sentimiento moverá a los privilegiados que puedan asistir mañana en directo al partido. El gran reto actual es someter por fin a uno de los tres grandes de LaLiga (logró empatar en el Bernabéu en octubre de 2016). La ocasión es propicia. El Eibar está tocado por una varita mágica y el Madrid viene relajado tras la descomunal exhibición a la sombra de la Torre Eiffel.

El equipo de Zidane no tiene la presión del Parque de los Príncipes. Aunque puede ser un arma de doble filo y sacar todo su vuelo galáctico. Ya carbura Pedro León, que para el Eibar es casi tanto como Cristiano para el Madrid. El murciano siempre afronta con una motivación especial los partidos ante los blancos. Ayer se relamía: “Cuando se eche la vista atrás en unos años la gente considerará a Cristiano y a Messi como verdaderas leyendas”. Doblegar a una de ellas es el anhelo de todo Eibar