Ánimos. La eliminatoria ante el Copenhague estaba sentenciada por el 1-4 de la ida y el foco estuvo puesto en la reacción de la hinchada del Atlético tras las palabras de Simeone acerca del futuro de Fernando Torres. Y una cosa pareció clara desde el inicio: la afición no quiere guerras internas, pues aplaudió y coreó a técnico y jugador a partes iguales. Parecía todo medido por parte del fondo sur del Wanda Metropolitano. Ya desde el inicio los seguidores aplaudieron a los dos. Cuando por megafonía sonó el nombre de Fernando Torres, la hinchada le aplaudió. Al que más de los rojiblancos. Cuando se escuchó el nombre de Simeone sucedió lo mismo. La gente adora al Niño, por el que muchos siguieron siendo del Atlético en tiempos de crisis. El Atlético vive una de las mejores etapas de su historia, pero hace años ser del Atleti era complicado. Y Torres fue lo único a lo que agarrarse. La gente quiere al Niño y cada vez que tocó el balón había un murmullo generalizado para que marcara.
El banquillo. La grada también coreó el "ole ole ole Cholo Simeone", consciente de lo que significa Simeone para el Atleti. El entrenador se llevó los aplausos de siempre. Y en la grada, a la hora del bocadillo, a la hora de ir al servicio, Torres y Simeone estaban en boca de todos. También en el metro. Muchos no entendían el motivo de la controversia. Muchos no entendían las razones por las que Simeone no ha reiterado su apoyo al Niño a estas alturas de la temporada. Por otro lado, pocos hablaron de Carrasco y su marcha a China. Hay jugadores que dejan huella y el belga no ha sido uno de esos.
Gameiro. El francés se coló entre unos y otros. Gameiro tiene hambre, ganas y está en racha. Marcó un golazo, un trallazo desde la frontal. Lleva nueve goles y es la primera vez desde que está en el Atlético que marca en tres partidos seguidos. Gameiro se pudo haber marchado, no lo hizo y ahora ve recompesado su trabajo y su paciencia. El punta sabe que sus goles pueden ser importantes para el Atleti cuando entramos en la parte decisiva de la temporada.
Asistencia. Acudieron 44.035 espectadores, una entrada muy buena teniendo en cuenta el 1-4 y la entidad del rival. La Europa League sí le importa a la hinchada del Atlético, decepcionada por haber sido eliminado de la Champions. Pero ahora es el torneo que toca jugar y la gente quiere ganarlo. El Atlético hizo un partido correcto, donde otra noticia fue que Gaitán volvió a tener minutos después de mucho tiempo sin jugar. El argentino tiene calidad de sobra, pero no supo aprovechar las ocasiones que le dieron. A lo mejor ahora puede tener más minutos.
Una final. El Atlético tiene ahora una final, la primera de las que debe afrontar en las próximas semanas. Visita el Sánchez Pizjuán, un estadio complicado y los tres puntos son necesarios para seguir en la persecución al Barcelona. Las cuatro patas de las que habla Simeone (dirigentes, cuerpo técnico, jugadores y aficionados) deben estar más y mejor ensambladas que nunca. El Atlético se juega mucho en estos partidos que vienen y cualquier descuido puede ser decisivo.