El espíritu de Lucas

Déjenme soñar. Como soy incorregible, permítanme trasladarles mi último sueño confesable. Imagino al Madrid ganando los últimos 14 partidos que nos quedan por jugar en esta Liga. Imposible no es. Este equipo tiene calidad para eso y más. Sólo es cuestión de creérselo. Empezando por Zidane (yo no volvería a reservar a Cristiano). El caso es que haciendo el pleno en lo que queda de campeonato (restan 42 puntos por disputarse), el Madrid acabaría con 90 puntos. Se han ganado muchas Ligas con menos puntos. Ya sé que el Atleti está a siete y el Barça a 14. Pero si ellos cometen errores y ven que el búfalo blanco suma, suma y vuelve a sumar, cundirá el pánico en las tropas enemigas. No sería la primera vez. Como los sueños son gratis, yo lo dejo escrito hoy sin esperar a lo que pueda ocurrir cuando entremos en el mes de mayo...

Actitud 10. El Madrid del primer tiempo es el que quiere ver su afición. Enchufado, con una presión altísima, yendo a todas las disputas y mostrando entusiasmo en el desempeño. Eso le permitió reaccionar con grandeza al tempranero 1-0 del Leganés. Un gol de estrategia (ya avisábamos ayer en AS del peligro de los pepineros a balón parado). No obstante, Iturralde aclaró en el Carrusel de la Ser que Bustinza agachó tanto la cabeza que incurrió en juego peligroso. Pero casi mejor así. Más mérito. Lucas Vázquez mostró el camino. El gallego está desatado, ni siquiera le frena la gripe. Su espíritu de combate contagia al resto del equipo. Va a por todas, no da un balón por perdido, presiona como un lobo hambriento y siempre da la cara en beneficio del grupo. Su gol puso las tablas e incendió unos minutos armoniosos y plenos de los pupilos de Zidane, donde nadie desafinaba. Benzema estuvo activo en la combinación (lástima que siga sin gol), Casemiro recuperó su efecto-muro, Kovacic se mostró más vertical y Asensio siguió en su buena línea. El 1-2 fue una jugada que dignifica el trabajo del laboratorio de Valdebebas. Casemiro puso el sello al sobre que dejaba al Lega tendido sobre la lona del Butarque de los Príncipes.
Grande Kiko. Casilla lo ha pasado mal estos meses. La prematura eliminación en Copa, precisamente ante el Leganés, le dejaba apartado del equipo y encima con los ecos del intento fallido del fichaje de Kepa. Zizou le rescató para la causa. Y el tarraconense respondió como un grande. Paradón antológico a Beauvue con 1-2 en el marcador. El canterano fue un salvavidas en el peor momento de su equipo. Casilla, te lo mereces.

Ellos creen. Como decía la ingeniosa propaganda del Lega: ‘Neymar que por bien no venga’. Brillante. Me trasladan su fe las peñas de Albolote (Granada), Bus-Stop (Salamanca), Santi de Valdemoro y Jesusma de la de Ocaña. Su mamá se nos fue, pero su Madrid la hará muy feliz.