Sangre de León para ir a Japón
Pocos soñaban con que los Leones saliesen del Central dependiendo de sí mismos para lograr el billete mundialista. Menos aún que Rumanía apenas se quedaría en diez puntos. La defensa de España fue magnífica, colosal. El presidente federativo Alfonso Feijoo, en la cita con As hace unos días, y el grupo de Santi Santos, de visita en nuestra redacción también esta semana pasada, coincidían en que la presión era de los Robles, que España ya había hecho su trabajo y que ahora buscaban la guinda. Con el Central lleno habría que luchar y la afición no falló. Los jugadores, como respuesta, dejaron un partido excelso. Los ensayos iniciales lo encarrilaron y Linklater lo certificó con el pateo. Enfrente, una Rumanía sorprendida por la agresividad de la manada.
Hace 20 años que España no está en la cita planetaria y ahora lo tiene en su mano. En tres semanas habrá que llenar de nuevo el Central para sacar el bonus ofensivo ante Alemania, ese debe ser ahora el reto. El impacto televisivo que tiene un Mundial de rugby sólo es superado por los Juegos Olímpicos y el Mundial de fútbol, y ahora España depende de sí misma para disputar el partido inaugural. El calendario ya está fijado y Japón, la sorpresa de la última cita y anfitriona, espera a los Leones. España necesitaba un impulso así, "debemos aprovechar este legado, en 1999 se dejó pasar" se lamentaba Feijoo, entonces seleccionador y ahora presidente. Habrá quien se queje de que haya muchos franceses, pero más allá de donde nacieran la sangre que corre por sus venas no es tan distinta a la nuestra. Y ante Rumanía se la dejaron, con sudor y lágrimas, aunque esta vez, por fin, fueron de alegría.