Los principios de Quique Setién: desde atrás y en corto

El método. Los códigos futbolísticos que han administrado la carrera como técnico de Quique Setién siguen vigentes en el Betis. Valedor incondicional de un estilo vistoso que prima la posesión de balón, el técnico cántabro ha prolongado en el conjunto verdiblanco su idea de iniciar el juego desde atrás con asociaciones en corto no exentas de riesgo. Este planteamiento coloca al Betis como el tercer equipo de LaLiga que más pases en campo propio por partido da (259) después de Barcelona y Celta (276 y 268, respectivamente). El empeño entusiasta de Setién en esta filosofía le ha llevado a diseñar una organización cuidada para iniciar el juego desde los primeros metros cuya naturaleza principal no se ve alterada en función del sistema táctico que utilice, aunque sí existen algunos matices.

Los mecanismos. El Betis ha actuado con un esquema de tres centrales y dos laterales largos en las dos últimas victorias ante Villarreal y Deportivo. Una estructura similar a la que dispuso frente al Barcelona. Bajo este posicionamiento, con Bartra en el medio de la zaga y Mandi y Amat a los lados, una vez se lesionó Feddal, el Betis ensancha al equipo y uno de los interiores baja a recibir. En Riazor fue Guardado. El propósito principal consiste en agrupar jugadores en el carril central y zonas intermedias (Fabián, Joaquín y un tercer hombre) como posibles destinatarios de pases entre líneas. El correcto desplazamiento de Mandi, Bartra y Amat y la claridad de Guardado fomenta estas situaciones. Una vez logra su objetivo, el Betis se asienta en campo contrario en bloque alto. La huida hacia delante de los laterales es otra de las claves.

Avance del lateral. Es una de las marcas distintivas de Setién independientemente del dibujo. Los laterales (o carrileros) progresan hasta campo rival y no intervienen en esa primera fase de elaboración. Con este movimiento Setién pretende que la influencia con balón de estos se circunscriba, siempre que se pueda, a territorio de ataque. Sea quien sea titular, tanto Barragán o Francis, por la derecha, como Junior o Durmisi, por la izquierda, proceden de esta forma. Son determinantes para que el engranaje funcione al condicionar la presión del rival. Si Setién mantiene los tres centrales, el Madrid, que parece que volverá al 4-3-3, corre el peligro de verse amenazado por enfrentamientos de carrilero contra lateral como le sucedió ante el Girona. Se originarían amplios espacios por detrás de Carvajal y Marcelo.

Fabián, el lateral. El Betis se ha establecido casi todo el curso bajo un 4-3-3 o 4-2-3-1, aunque la salida de balón frente a sistemas de presión alta del rival la ha ejecutado prácticamente con el 3-5-2 de los últimos encuentros. Era así por el ejercicio de Fabián. Los laterales ganaban metros y el centrocampista se situaba como tercer central en el flanco derecho. Si el adversario no le seguía, Fabián giraba e iniciaba. En caso de verse comprometido, buscaba entrega interior para Guardado o pases en largo (cuatro buenos por partido). Setién programó esta maniobra al no tener un futbolista como Roque Mesa en Las Palmas. La limitada fiabilidad de Javi García como organizador le obligó a una innovación en la que podría confiar esta noche si decide retocar de nuevo el emplazamiento táctico del equipo. A Asensio le tocaría encimar a Fabián.