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OPINIÓN

Seedorf contra los elementos

Garitano arrancó con el gesto torcido de la afición al no llegar el deseado Paco Jémez. A Clarence le pasa igual con la alargada sombra de Lasarte.

Clarence Seedorf aterrizó el lunes en Alvedro con dos horas de retraso por la nieve caída en Madrid. Los elementos se cruzaron en el viaje del nuevo técnico blanquiazul, y contra ellos tendrá que luchar para sacar adelante al Depor. Hace año y medio otro entrenador, Garitano, arrancó su etapa en el banquillo coruñés con el gesto torcido de la afición al no llegar el deseado Paco Jémez. A Clarence le sucede lo mismo ahora, bajo la alargada sombra de Martín Lasarte. Además, Gaizka al menos tuvo una pretemporada por delante para cuadrar su idea, elegir algún jugador (como Andone), y conocer a su plantilla. Seedorf tiene un curso acelerado de seis días para saber dónde se ha metido con otro hándicap más a cuestas: comienza su particular liga de 16 partidos en descenso y con un -3 en el casillero.

El holandés ya está siendo juzgado, y condenado, antes de pisar la hierba de Abegondo. Tiene escasa experiencia como técnico. Nunca ha entrenado en España. Su pasado en el Real Madrid no despierta precisamente una avalancha de simpatías. No tiene ninguna vinculación profesional ni emocional con el Deportivo más allá de sufrir en sus carnes el histórico 4-0 al Milán. En el otro lado de la balanza están los que lo definen como una persona de carácter, con las ideas claras, mano firme y un perfecto conocedor de lo que es un vestuario revuelto. Más allá de un 4-2-3-1, un 4-3-3 o un 5-2-3, la misión de Seedorf será recuperar a una plantilla hundida, hacer que vuelva a creer y lograr que reme en un sola dirección. Si logra eso, que se acerca al milagro, habrá alguna esperanza. Mucha suerte, míster.