Estaba seguro y tranquilo. E incluso por la mañana felicité a Valero Rivera por su título de Asia con Qatar, y le anuncié que por la noche lo podríamos celebrar aún más con el Europeo de nuestros hijos. No tenía dudas. Era nuestro escenario, y no podíamos fallar. Nos tocaba ganar, porque llevábamos cuatro finales perdidas y necesitábamos este trofeo, el Europeo, para unirlo a los dos Mundiales que ya teníamos.

Qué puedo escribir en este momento. Pues que soy la persona más feliz del mundo, porque el título nos hace justicia. No lo digo sólo por el partido de Álex, mi hijo, que me encantó. Lo digo por todos, porque chicos como Morros, Entrerríos, Gurbindo, Guardiola... se lo merecen todo. Es ver a Sterbik y emocionarme. Por él, que llega para echar una mano y resulta que intimida, que manda, que ayuda. Eso es un equipo, y lo ha conseguido Jordi Ribera. Siempre he dicho que para suplir a Manolo Cadenas era el seleccionador ideal tras el trabajo que había hecho en Argentina y en Brasil. Ahora habrá quien diga que le gusta otro balonmano, pero para eso hay mil opiniones. Y yo, sobre eso, sólo puedo decir: ¿quiénes son los campeones? Pues estos chicos, este balonmano. Nosotros, España. Por todo esto, porque me apasiona mi deporte, soy un tipo feliz.