El favorito debe marcar territorio en la ida

El Barcelona partía en el sorteo como el equipo al que nadie quería enfrentarse. Vencedor de las últimas tres ediciones de la Copa (además de siete finales de las últimas nueve disputadas con un balance de cinco títulos) los blaugrana son el claro favorito para ganar esta competición.

El Valencia será un rival muy serio, sin embargo. Los equipos de Marcelino están trabajados y acostumbran a rendir muy bien ante los blaugrana. Además, Barça y Valencia se han enfrentado tres veces en esta ronda semifinal en los últimos años (2008, 12 y 16). Ambos equipos saben perfectamente lo que está en juego.

El sorteo determinó que el Barcelona juegue el primer partido en su casa y la vuelta en el siempre caliente Mestalla, algo que parece una desventaja pero que al Barcelona no le viene mal del todo.

El Barça se ahorra viaje esta semana ya que jugó la vuelta de Copa en su estadio y el domingo juega como local en la Liga ante el Alavés un partido en el que Valverde puede permitirse el lujo de dar algún descanso puntual. Además, el Valencia llegará al Camp Nou después de una semana de mucho tute. Un viaje con derrota inesperada en Las Palmas, una dura prórroga en Vitoria para decidir su pase a semis en los penaltis y mañana sábado recibe al Real Madrid en Mestalla. Los de Marcelino le sacan cinco puntos a los blancos en la clasificación y en caso de victoria se acercarían mucho a su objetivo de jugar la próxima Champions.

Todas esas circunstancias le dan al Barcelona la oportunidad de lograr un buen resultado en la ida aprovechando el desgaste de los valencianistas y minimizar así la dificultad que supondría jugarse el pase a la final en Mestalla después de visitar al Espanyol en Cornellà. Dos calderas en menos de una semana sería jugar con fuego.