Ruidíaz, el gol en frasco chico

El éxito de Raúl Ruidíaz en México era poco predecible antes de que emigrará tras una primera experiencia poco feliz, hace unos años, en Brasil con el Curitiba.
En Melgar y Universitario de Deportes, retomó su mejor nivel, con una importante cuota de gol siempre. Después, cuando se presentó otra vez la opción de emigrar y ante la dura exigencia en Monarcas Morelia, que luchaba por no descender, tuvo un protagonismo que lo convirtió en figura de la liga azteca, le dio la consagración definitiva y respaldó con ello, la decisión de Gareca de tenerlo como alternativa a Paolo Guerrero aún siendo un atacante muy distinto.

Ruidíaz a pesar de su poca estatura y una contextura física poco generosa, tiene cualidades muy valiosas para un jugador en su posición. Sumamente intuitivo dentro del área, listo siempre para aprovechar el error rival o con un timing perfecto para la anticipación ofensiva, inclusive en el juego aéreo, lo hacen un goleador de mucho riesgo. Fuera de ello, no le es ajeno el juego por abajo y en espacios reducidos que proponen sus compañeros en ofensiva, como Trauco, Cueva, Flores, Carrillo, Hurtado o el mismo Guerrero, con quien en alguna ocasión, podría alternar posiciones estando ambos en cancha.

Sumado a ello, ha adquirido el menudo atacante, un oficio internacional y una valiosa autoestima para afrontar a cualquier rival, que le otorgan indiscutiblemente un importante crédito frente a Gareca y su comando técnico, en sus aspiraciones por estar en la nómina mundialista. De él y su continuidad en los próximos meses, depende.