LA PIZARRA TÁCTICA

El 2-1-4-1-2 y el repliegue del Madrid

Zidane no encuentra remedio a los problemas del en sus transiciones defensivas. El repliegue no funciona por el emplazamiento de los jugadores.

Javier Sillés
Subdirector de AS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense, empezó en 2011 en la sección del Real Madrid como becario. Después pasó a AStv, donde ejerció la función de editor jefe hasta 2021 y como jefe también de la sección de infografía. En 2021 fue nombrado de redactor jefe de fútbol y en 2022 ascendió a subdirector de AS.
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El retroceso. Zidane no encuentra remedio a los problemas que el Madrid viene soportando durante toda la temporada en sus transiciones defensivas. El repliegue no funciona por el emplazamiento de los jugadores y lecturas tácticas equivocadas.

Ataque en estático. Cuando tiene la posesión en campo contrario, se suele organizar bajo un 2-1-4-1-2 (Varane y Nacho-Casemiro-Carvajal, Modric, Kroos y Marcelo-Isco-Bale y Cristiano), una postura arriesgada al colocar a los dos laterales a la altura de los interiores. Esta disposición le genera graves inconvenientes una vez pierde el balón y no logra recuperarlo de forma instantánea.

El 2-1-4-1-2 y el repliegue del Madrid

La secuencia. Al estar el Madrid estructurado en bloque alto y metido en terreno adversario, las grietas aparecen primero a la espalda de los interiores y Casemiro. Los rivales acomodan futbolistas en esas zonas para descomponer a los de Zidane por dentro e intentar después saltar por los costados.

Los carriles. Una vez librada esa primera presión del Madrid y aislado Casemiro, los espacios se abren a la espalda de los laterales como sucedió en los primeros goles del Barcelona y Celta (no retornó Marcelo) y Numancia (Marc Mateu ganó a Carvajal). Los centrales se ven amenazados por situaciones de uno para uno y por la caída a banda de los delanteros rivales (Bacca hará ese papel hoy). Una realidad que encaja a su vez con la idiosincrasia del Villarreal.

El 2-1-4-1-2 y el repliegue del Madrid

La actitud amarilla. La llegada de Calleja transformó el sistema a un 4-4-2 en rombo, equivalente al del Madrid, aunque el traspaso de Bakambu podría invitar al técnico amarillo a jugar con un 4-2-3-1 (o 4-3-3) en el Bernabéu. Su trayectoria induce a pensar que se asentará con un bloque medio y no ahogará la primera salida del Madrid. Su intención siempre es avanzar rápido tras robo.

La figura. El Villarreal tendrá cinco centrocampistas para lograr superioridades con ese 4-2-3-1. Con todo, los matices de cada dibujo no trastocan el rol de Fornals. Se alojará a los lados de Casemiro e integrará a Bacca con entregas directas (28 de sus pases en LaLiga acabaron en remate o gol).

Desde el medio. Manu Trigueros también destaca como lanzador intermedio. El centrocampista dota de profundidad al juego castellonense con envíos al espacio para Bacca y mezcla bien con Rodri, habituado con Calleja a actuar como pivote único.

El 2-1-4-1-2 y el repliegue del Madrid

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