Francesc Via

Un curioso criterio empresarial

En el Espanyol ganar dos partidos seguidos no es la antesala de la tranquilidad sino de algún cese. Sucedió hace un año con Ángel Gómez y este martes, con Ramon Robert. Se especulaba con esta posibilidad desde que se presentó el organigrama que le restaba atribuciones a Robert, mientras se agigantaba la figura de Rousaud. La disputa de poder entre todas estas facciones del Consejo está detrás de un cese que volverá a presentarse como un nuevo hito de modernización de la entidad, cuando lo cierto es que en este club de altos empleados remunerados, consejeros incluidos, nadie tiene otra prioridad que conservar su silla el máximo tiempo posible y colocar a los amigos.Dicen que el club es una empresa, curioso el criterio empresarial que justifica el cese fulminante de un consejero delegado en medio de una ventana de mercado y a poco ser confirmado por el propio Chen ante los medios, en la muy futbolera tradición de ratificar a alguien antes de pasarle la navaja.

Rousaud, nuestro vicepresidente de filiación culé, queda como hombre fuerte del Consejo. Es difícil aunque interesante, imaginar a Collet dirigiendo el Barça o a Gaspart cogiendo el timón del Real Madrid. Aquí canonizaríamos a Gamper a cambio de la séptima plaza con billete a Europa. Así de aburridos estamos.