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Kovacic y la toma de decisiones

La presencia de Kovacic en el once que alineó Zidane en el Clásico tenía una razón: tratar de desactivar a Messi. El precedente de la Supercopa de España, en la que Kovacic realizó un gran trabajo neutralizando precisamente al argentino en los dos partidos, llevó a Zizou a repetir planteamiento. Sin embargo, en esta ocasión la novedad táctica no dio el resultado deseado por el madridismo. Cierto es que Kovacic realizó un buen trabajo siguiendo a Messi cada vez que éste entraba en zona defensiva del Madrid, pero falló clamorosamente en la jugada del primer gol. Dejó todo el pasillo central a Kovacic para que éste progresara sin oposición. En lugar de obstaculizarle se fue hacia Messi siguiendo al pie de la letra la indicación de Zidane.

Tras el partido, cuando las críticas arreciaban contra el croata, el técnico y sus compañeros salieron en su defensa elogiando su trabajo. Entonces la pregunta es la siguiente: ¿Falló o no falló Kovacic en la jugada del primer gol? Un futbolista de élite no sólo lo es por tener unas cualidades técnicas y físicas extraordinarias y una fuerza mental que le permite superar la presión ambiental, sino también porque sabe interpretar en cada momento lo que necesita el equipo, incluso, contradiciendo las indicaciones del entrenador. De hecho, esa es una de las virtudes que distingue a un buen jugador del fútbol de un gran futbolista: saber tomar siempre la decisión adecuada.

Dicho esto, se puede concluir que Kovacic hizo un buen trabajo ejecutando su cometido de seguir a Messi. Pero en un análisis global de su actuación hay que decir que no estuvo a la altura de lo que se le exige a un futbolista de élite. Cometió un grave error en la toma de la decisión más importante del Clásico y eso le costó el partido al Madrid. Debió analizar la situación y ver que lo urgente en ese instante era tratar de neutralizar a Rakitic, no perseguir a Messi. Si lo hubiera hecho así, seguramente no sólo habría recibido los elogios protectores de compañeros y entrenador, sino también del resto del madridismo que no olvidará durante mucho tiempo su clamoroso fallo en el 0-1 del último Clásico. Es aún joven y le habrá servido de lección, pero a costa de eso el Madrid ha dicho adiós a la Liga (salvo milagro).

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