Onces que salen de memoria
La memoria, como casi todo, hay que ejercitarla. Me maravilla la facilidad que tiene la gente de generaciones anteriores a la mía de citar de carrerilla alineaciones de época. Del Iriondo, Venancio, Zarra, Panizo y Gaínza del Athletic al Canario, Santos, Marcelino, Villa y Lapetra del Zaragoza. Y así con muchas. Antes se ejercitaba la memoria con el fútbol y con todo, así es normal que nos acordemos del número de teléfono de un compañero de colegio pero no del actual de nuestra propia hermana; marcamos en la agenda y sale, así, sin más.
En ese ejercicio de inventar onces para el Clásico, los aficionados de Madrid y Barça no coinciden. Me refiero a que, mientras los blancos dan la espalda a Zidane, los azulgrana calcan el dibujo de Valverde. Nadie mueve a Keylor, ni a la defensa, ni a la media, pero arriba mandan a la nevera a Benzema y Bale. En el rival, sin embargo, ninguno de los pata negra se queda fuera. La memoria nos dice también que el Clásico no admite pronósticos. ¿O no era así?