El Depor fue un polvorón

Llegaba el Depor contento al Camp Nou porque una semana antes al fin había dejado su puerta a cero. Es más, el rival ni disparó entre los tres palos. Claro que era el Leganés y esta vez tocaba el Barça. Ese pequeño logro se quedó en anécdota porque los coruñeses no le hicieron ni cosquillas a los de Valverde ni tampoco fueron un equipo correoso e intenso. En el Camp Nou para rascar algo hay que ser un turrón de los duros, de los que te dejas los dientes, y fue un polvorón que se deshizo bajo las botas de Iniesta, Messi y Suárez.

Cayeron cuatro goles, pero pudieron ser legión de no ser por los mil palos y un gol fantasma. Guilherme marcó a Messi con la mirada, y así la vida es fácil para el Barça. También evitó una debacle mayor el partidazo de Rubén, en un día en el que un portero del Depor fue una solución y no un problema. Junto al meta gallego estuvo Sidnei, sublime en el corte y casi el atacante más peligroso. Viene el derbi gallego y si los de Cristóbal sacan de nuevo su cara blandita, Iago Aspas se puede dar un festín.