Rafa León

Solo un giro radical y valiente podría enderezar el rumbo

No pararemos de recordar una semana tras otra lo mal que se hicieron las cosas desde que Setién dijo que no seguiría entrenando a Las Palmas, desde que se decidió esperar por un desconocido De Zerbi y a última hora firmar al que no querías, Manolo Márquez que no aguantó y dimitió para luego traer a un catastrófico Pako Ayestarán y posteriormente darle el marrón a Paquito Ortiz. Tampoco de ver que te da calabazas Paco Jémez y que no la llegada de Jorge Almirrón empieza a ser el guión de un culebrón donde Jémez puede volver a ser actor principal, aunque todo hace indicar que es cuestión de horas de que el ex de Lanús sea oficializado como entrenador de los insulares. Todo de traca, de equipo en descenso, del nuestro, por desgracia.

Si en el apartado de entrenador todo ha sido un despropósito constante de dimensiones planetarias que se refleja sobre el verde, lo de los refuerzos da para tres libros. De comentar un día tras otro en pretemporada que la plantilla estaba a falta de pequeños retoques a firmar a cuatro refuerzos a última hora, de los que solo Rémy ha demostrado ser un refuerzo. Ojalá la mala racha en los despachos y el campo pueda ser reconducida en el mercado invernal, pero las esperanzas son pocas porque la falta de autocrítica y valentía en la toma de decisiones es más que evidente. Cuando prevalecen intereses personales por encima de méritos deportivos es normal que pase lo que está pasando, pero solo un giro radical lo podría cambiar todo... Aún se está a tiempo…