Messi y la incertidumbre del Villarreal

Es curioso. Llega el líder a Vila-real y en el entorno del Submarino se habla de todo menos de Messi y compañía. La última semana ha sido movidita. Hay mil temas de conversación. Tres derrotas en quince días ante Sevilla, Leganés y Maccabi han desenterrado todos los fantasmas. Las recaídas de Bruno, único superviviente del último triunfo en casa ante el Barça, en el año 2007, han encendido las alarmas. La suplencia en la Europa League de Asenjo le disparó en las apuestas para ser titular hoy. La valiente decisión de Calleja por el filial ha puesto a la cantera en el escaparate, aunque también le ha bajado de las nubes (0-1 el jueves). Pero lo más comentado han sido las renovaciones de Barbosa (2020), hasta hace nada tercer portero, y la de Rodrigo (2022, el jugador revelación).

La primera ampliación de contrato resulta un tanto rara. A priori, cierra la puerta contra natura a los de casa y deja en el limbo a Andrés Fernández, que vuelve en febrero. La segunda, porque llegó sin desvelarse su cláusula. Algo que hace olerse al personal una futura venta y que acentúa el debate de si un club tan sano como éste debe continuar permitiendo la fuga de talentos o ha de mantener a más estrellas para aspirar a su primer título. Desde el último ascenso salieron Musacchio, Soldado, Pato, Bailly, Denis, Vietto, Gio, Gerard, Gabriel… Hay temor con cada movimiento. Un ejemplo: el plan pasa por recuperar en enero a Enes Ünal, cedido al Levante, y la afición, lejos de alegrarse, tiembla porque eso implique el adiós de Bakambu. Normal que sólo Álvaro y Víctor Ruiz piensen en Messi.