Messi sigue guardando las distancias
Leo Messi recogió su cuarta Bota de Oro y se guardó muy mucho de decir nada sobre la estúpida tormenta que se está montando respecto a su foto con Bartomeu para sellar un acuerdo que está firmado por los representantes legales de ambas partes y que el jugador lleva tiempo cobrando en las cantidades que estipula el nuevo acuerdo.
Una cosa es que Messi esté renovado y otra que no le apetezca hacer un posado con el presidente Bartomeu, quien por otra parte, tampoco parece tener la autoridad suficiente para forzar la situación. Prefiere Bartomeu seguir ese consejo de Guardiola, al final el más sabio de todos, que ya dijo en su día que lo que hay que conseguir para ganar es que Messi sea feliz. Y si haciéndose una foto se enfada, ¿pues para que vamos a molestarle?
Por otra parte, la fiesta de entrega de la Bota de Oro tampoco era el día más indicado para hacer gestos de cara al aficionado culé. Si después de todo este tiempo de incertidumbre que ha inquietado hasta a Serrat, el marco elegido para firmar la foto es una fábrica de cerveza (y dios sabe que no soy sospechoso de estar en contra de los cereales fermentados) en un acto promocional y no en la sede de Arístides Maillol, está claro que el Barça iba a cobrar de lo lindo.
El próximo 14 de diciembre, a semana y media del Clásico el Barcelona celebra su comida de Navidad con los medios. Quién sabe si ese día será por fin en el que, aprovechando esas fechas tan entrañables, Messi deja de guardar las distancias.