Las bandas del Madrid ante el 5-2-2-1 del APOEL

Noche de terapia. No parece que haya compromiso más accesible para que el Madrid se aparte de la vía del fútbol raquítico e inseguro que le está condenando en este inicio de temporada. Falto de lucidez colectiva en el derbi (148 balones perdidos), no despacha los partidos por adolecer de verticalidad y velocidad en el juego. Poco rastro queda de la frescura de las Supercopas, más allá de Isco. Las probables entradas de Ceballos y Asensio podrían remover el vigor de un equipo desencajado.

Sistema chipriota. El APOEL resulta un rival inferior, aunque dificultó al Tottenham (el 0-3 fue engañoso) y resistió en los dos envites contra el Borussia. Donis dispuso en Dortmund un 5-2-2-1 que le dio buen resultado y que posiblemente vuelva a utilizar hoy en lugar de su habitual 4-2-3-1. El conjunto de Zidane se inclinará por los costados. Theo debería sacar de punto a Vouros, que naufragó en el choque del Bernabéu.

Carga con centros. El Madrid fracturó en la ida al APOEL con centros laterales (38 con un porcentaje de remate del 30%). Los tres goles tuvieron este origen con un Cristiano como rematador incansable. Será la misma hoja de ruta en Nicosia, aunque ha de afinar su producción respecto al derbi (sólo un 7% de centros buenos). Si Benzema juega, resultará ineludible que pise área.

Segundas jugadas. Las maniobras ofensivas del APOEL no tendrían que exigir en demasía al Madrid, pero el estado de zozobra blanco no le permite concesión alguna. El campeón chipriota apostará por Poté como hombre más adelantado, futbolista con un aceptable juego de espaldas. Se erigirá como la salida natural del APOEL para promover las llegadas de Zahid y Aloneftis. Tampoco perdonará una opción de contra con el propósito de castigar el frágil repliegue madridista en este curso.